jueves, 21 de noviembre de 2013

Quinto mandamiento: No robarás…

    Robar es despojar  a  otro de sus pertenencias.  Cuando robamos (y esto incluye desde un hurto hasta un sofisticado desfalco a las arcas del Estado) causamos un daño terrible. No solo dejamos a mucha gente desamparada, sino que los humillamos, pisoteamos su dignidad y, despreciamos el esfuerzo que han hecho para tener mejores condiciones de vida. Al actuar de esta manera, generamos sentimientos de venganza y odio hacia nosotros y nuestras familias, lo que termina en un envenenamiento progresivo de la sociedad. Nadie en su sano juicio puede querer esto para sus hijos.

      “No le hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti…”
   “Dios” no tiene porqué seguir siendo una palabra vacía. Si nos esmeramos en cumplir estos mandamientos al pie de la letra, veremos cómo, poco a poco,  paso a paso, revertiremos las tendencias negativas generadas, precisamente,  por su incumplimiento, y logramos transformar el mundo en un lugar civilizado, espiritualizado y justo, donde habrá sitio para todos…

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